Se que es muy típico subir un artículo
anunciando compromiso (como hemos hecho taaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaantas
veces) pero es lo único que puedo hacer (a parte de seguir
escribiendo) para darle vida de nuevo a nuestro querido espacio en la
red. Lo que sucede es que, desde que nos fuimos cada uno por su lado
a hacer nuestras vidas por extensos puntos de la geografía española,
solo se ha publicado por aquí los artículos de fútbol de Rasputín
y los De Taims noticiosos de Napoleón. Yo no tengo excusa. Si la
tuviera, diría que no he tenido tiempo porque tenía mucho que
estudiar pero la verdad es que por ahora no he empollado en serio (a
parte un par de ocasiones).
Lo primero es lo primero: Lo que más
culpabilidad me trae es que no hemos celebrado, como ya he dicho
antes, nuestro segundo aniversario. Pues eso, que Mi Gozo en un Pozo
ha cumplido, con más pena que gloria, un segundo año con vida en la
red de redes. Tengo que agradecer a Napoleón y a Rasputín el
haberlo mantenido con vida en la mayor “desaceleración de entradas
publicadas” que ha atravesado el blog. Por otra parte, tengo que
reprender y castigar con furiosa cólera a Separ (que, de la misma
manera que yo, se ha ido a estudiar lejos y ya no quiere saber nada)
y a Beedle el Bardo (ahora Señor Profesor Beedle el Bardo, que ya no
publica desde hace un tiempo), por no hablar de Corocotta (que su
caso manda huevos). Sin mucho más que añadir en este aspecto, solo
me queda decir que: ¡FELICIDADES, MI GOZO EN UN POZO!
Otra cosa de gran urgencia e
importancia es la relativa cercanía de la Navidad. Siempre hemos
sido de celebrar estas entrañables fechas por todo lo alto, pero
esta vez se nos ha ido el santo al cielo. Queremos desear una feliz
navidad y un próspero año nuevo a todos nuestros lectores (si
siguen ahí después de tanto tiempo). Como no, el fondo del blog se
tornará pronto en una bonita plantilla llena de bolas navideñas,
paz y amor, como ha ocurrido en las dos últimas navidades, y los
artículos navideños volverán a surgir como la espuma (o eso
espero).
Para despedirme, debo volver a
disculparme (con los otros redactores y con nuestros lectores) por mi
alejamiento. A ver si esta vez mi promesa no queda en balde y sigo
escribiendo de verdad. Os quiero, pequeños poceros.
Publicado por Guido
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