La curiosidad de hoy, es de hoy, porque no es de ayer. Vamos, que tenía que ser de ayer pero es de hoy. Me explico, esta sección sale los martes, pero no me dio tiempo a publicarla ayer, así que lo hago hoy. La curiosidad la dijo Separ en mi presencia, por lo que me ahorro así un buen rato de búsqueda de información. Bueno, vamos al turrón, como dice Rasputín habitualmente. Así, resumidamente, el Dios pintado en la Capilla Sixtina está sobre un cerebro. Es decir, los mantos, las sombras y los querubines que se sitúan debajo de la figura divina se parecen sospechosamente a un cerebro. Muchos lo interpretan como una referencia a la unión entre ciencia y religión. Yo lo interpreto como que Miguel Ángel era un troll del Renacimiento.
Esta curiosidad viene con fuentes y todo. Esta información fue expuesta por un doctor llamado Frank Lynn Meshberger (en su casa lo conocerán) especificó que las figuras, sombras y mantos que se sitúan detrás del señor Dios en la Capilla Sixtina representan fielmente el lóbulo frontal, el quiasma óptico, el tronco del encéfalo, la glándula pituitaria y el cerebelo. Evidentemente, eso se ve a primera vista. Es más, cuando yo vi por primera vez ese dibujo de la Capilla Sixtina, dije "Mira, si es un quiasma óptico".
Según una fiable web que estoy leyendo ahora mismo, Dios está situado sobre el sistema límbico, el centro emocional del cerebro. El brazo derecho se extiende desde la corteza prefrontal, la región más creativa del cerebro. Y bajo el brazo del Señor aparece un angelillo triste, justo en la zona del cerebro donde se procesan y surgen los pensamientos tristes. Todo esto, sin embargo, me parece ir mucho al detalle. Que puede que Miguel Ángel hubiera querido hacer un cerebro, pero dudo que en el siglo XVI supieran esto. Que sería un genio, pero no provenía del futuro como la de Dixan. ¿o sí?
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