Seguro que alguna vez os pasado lo que le ocurrió a Ramsés II en vuestra infancia. Seguro que algún día llegasteis a vuestra casa diciendo que habéis aprobado un examen por los pelos y habéis dicho que habías conseguido una de las notas más altas de tu clase. Ramsés II hizo algo parecido, pero movido al ámbito bélico.

Se enfrentó en una batalla gloriosa contra los hititas, que les doblaban en número según las crónicas. Ramsés se puso tan gallito, que al final no hubo quien le derrotara, pero tampoco él pudo derrotar a nadie. las bajas se sucedían sin descanso y ningún bando se daba por vencedor. Finalmente, viendo ésto, el rey de los hititas (Muwatal II) y Ramsés llegaron a un pacto. Lo que viene a ser un empate técnico: ni pa' mí, ni pa' ti. Pero como ir para nada es tontería (ya lo decía José Mota en Cruz y Raya) en Egipto le dijo a todo el mundo (incluso escribió un poema épico) que los ejércitos egipcios habían doblegado fuertemente al ejército hitita, y que habían salido victoriosos con diferencia en la Batalla de Kadesh (Qadesh).

No era listo ni nada, Ramsés II. Me imagino como le recibiría su madre en casa. Sería algo así, pero en egipcio:
"-¿Que tal hijo mío en la batalla?
-Bien, mamá, hemos ganado
-¿Seguro?    
-Que sí...
-Bueno, como llame a Muwatal II y no sea verdad te la cargas
-¡No , no, no, no!"

Publicado por Guido

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