He cogido ritmo, y hoy otra vez, abusando de mi tiempo libre, me he visto “The World According to Garp”, la tercera película de Robin Williams que analizaremos en este megartículo de considerables dimensiones. Solo estaba en inglés, así que he tenido que sacar a la luz mi escaso conocimiento de la lengua shakesperiana, y creo haber entendido algo, aunque solo sea un poco. Ya van dos películas que me trago en inglés para incluirlas en el “Super Análisis”. No se si me compensa, pero lo prometido es deuda.

Nos encontramos ante una película del año 1982 basada en un libro de John Irving. En un principio, parece una de esas clásicas películas que pone Antena 3 en las que un niño huérfano crece y forma una familia feliz. Pero conforme se va enrevesando la trama, se nos presenta un montón de momentos desde ridículos hasta extremamente tristes y dramáticos. Y, como a mi me gusta, no se cortan un pelo. Sin ir más lejos, la hija de Garp (el protagonista, interpretado por Robin Williams, cómo no) muere en un accidente de tráfico porque su padre se choca con el coche en el que su esposa (y madre de la niña) le está practicando una felación a uno de sus alumnos, ya que es profesora. No quiero decir que todas las profesoras practiquen felaciones, que quede claro.

En sí, la historia recorre la no nada aburrida vida de Garp, un escritor eclipsado mayormente por su madre adoptiva Jenny, que se convierte en un icono feminista con sus libros. Nuestro querido protagonista se casará con Helen, hija de su entrenador de lucha y tendrá dos hijos (además de un tercero tras la ya nombrada trágica, pero ridícula, muerte de su segunda hija. Se sucederán un lío de cuernos y hechos ridículos que liarán la película hasta el límite. 

Es una película un tanto extraña, pero ahí reside lo interesante, no es a lo que nos tienen acostumbrados. Si la película es tan buena, ya no digo nada del libro. Y lo mejor de todo es un final muy, pero que muy inesperado (y hasta aquí puedo leer). Sus personajes no se encasillan para nada, llegando a hacer muy recurrente a un simpático futbolista transexual. Tiene sus fallos, como que Robin Williams es exactamente igual con 17 años que con más de 40, pareciendo siempre mayor que su propia madre. Salvando pequeños detalles, la recomiendo a cualquiera que se maneje un poquillo en inglés. Como curiosidad, la frase más repetida, estadísticamente comprobada, es “Son of a bitch!”. Se que es una frase recurrente, pero es que la introducen cada dos minutos. Las he intentado contar, pero me he perdido.

 Simpático futbolista transexual


Publicado por Guido

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