Como ya sabréis, por que lo dije ayer, no por verlo en las noticias ni nada de eso, en el mundo se ha armado la de Dios es Cristo.
Ayer tarde, festividad de San José, la coalición internacional de países bajo el auspicio de la resolución 1793 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (¿eh?) empezó una intervención en Libia (lugar gobernado por un dictador hortera, Muammar Al Gaddafi le dicen, del que llevo hablando unas tres semanas en De Taims). Esta intervención ha recibido el nombre de 'Odisea al amanecer', que suena a peli estadounidense de los años 60 sobre la Guerra Mundial.
España para esta guerra ha dejado cuatro cazas F-18, un avión cisterna, un avión de vigilancia marítima, un submarino y una fragata F-100 (cómo nos los rayen, caerán collejas), a parte de las bases militares de Rota (donde el gran cocinero José Luis de Santa María) y de Morón (si es que nos metemos en todos los fregaos).
La televisión libia (Libiavisión, por ejemplo, no sé como se llama) ha dicho que los libios pro-Gaddafi se han cargado un avión francés (¡sacrebleu!), y que la comisión internacional ha matado a varios ciudadanos inocentes. Soldados, qué al que hay que cargarse es al horterilla.
Pero Muammar se ha dirigido a la nación tras volver a bombardear Bengasi, y ha dicho que no se van a rendir nunca y que los de los países aliados morirán y ellos permanecerán.
La defensa antiaérea se ha visto muy dañada por la acción de los estadounidenses.

Necesitamos un corresponsal en Libia. ¿Voluntarios?

Publicado por Napoleón

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