Hay muchísimas diferencias entre los países de Don Quijote y de Robin Hood. Algunas son muy obvias, como el tiempo o el horario, otras son más sutiles como, no sé, la máquina asombrosa española de servilletas o la afición anglosajona por las moquetas. Se encuentra otra en el ámbito de la comida…

Primero, me gustaría hacer hincapié en que esta entrada NO va a ser una comparación entre la comida autóctona de los dos países, no porque creo que la inglesa perdería en una pelea (¡todo lo contrario!) sino que la última vez que insinué que, quizás, la comida española no estuviera tan buena como fanfarronean los españoles, era como había dicho que el primogénito del otro fue un imbécil feísimo. ¡No quiero ofender a NADIE!



No, hoy quiero comentar en una diferencia fundamental entre solo un alimento básico… las patatas fritas.

Aun antes de tratar de los trocitos grasientos de tubérculos de la tierra, es imprescindible hablar del nombre de la mayor marca de ambos países, cuyo logotipo es un disco amarillo con una cinta roja “al ecuador”.  Ya os oigo, todo el mundo sabe que esta marca se llama ´Lays´ y que se vende por todo el mundo. ¡FALSO! En el reino de Isabel II, la marca se llama ´Walkers´ por ´razones nuestras´ del siglo 19. Nosotros, antes del fenómeno MacDonaldsizador de globalismo, teníamos esta marca cuya fábrica se erigió en la ciudad central de Leicester y que sigue produciendo esta delicia más de un siglo más tarde… actualmente produciendo como salchichas unos 11 millones de bolsillicas al día. (¿Y se preguntan los políticos por qué tenemos de proporciones literalmente enormes de obesidad?) Además debería informaros que este fenómeno de nombres propios so sólo está restringido a asuntos patateros, sino que es común en muchas marcas. En el campo automovilístico, por ejemplo, lo que en España, Italia, Francia, Japón etc. es un Opel ´Astra´ en Inglaterra es un Vauxhall ´Astra´  (la marca está nombrada del barrio londinense en el que se encuentra la fábrica).


Pero me distraigo. En adición a las susodichas diferencias también se diferencian hay sabores distintos en las dos naciones. En España, por ejemplo, los reyes del mundo son los míticos Risketos y las patatas fritas ´artesanales´… las cuales no existen a una latitud tan septentrional debido a la inexistencia de los olivares. Para recompensar, en Anglosajónia, tenemos una trinidad sagrada de sabores diferentes que reinan sobre el dominio crujiente el rey ´sal´ y sus mujeres ´sal y vinagre´ y ´queso y cebolla´. De hecho, estoy muy sorprendido de que no haya el sabor ´sal y vinagre´ en España, considerando la manía hispánica por aliñar… ¡TODO! :p Si lo vendaran en España, la compañía harían su agosto… La familia real también se complementa con una gran gama de sabores, con varios niveles de extrañeza, desde ´la salsa de Worcester (una salsa inglesa amarga y picante)´  hasta ´el coctel de gambas´…¡qué te alucines!

¡¿Por qué?!


Publicado por Beedle el Bardo

1 comentarios:

Separ dijo...

Te has olvidado de que tampoco contáis con las fantásticas "Ruffles" sabor JAMÓN... ñam ñam

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