La verdad sobre el personaje histórico de hoy me la transmitió Separ el otro día. Leonardo Da Vinci es un alienígena que vive en un planeta alejado de la tierra. Su raza es extremadamente longeva y muy lista, y es por eso por lo que todavía vive. Construyó una nave para volar hacia la Tierra y vivir allí. ¿Por qué lo hizo? Resulta que Da Vinci era un pelín cortito comparado con el resto de su especie, y por ello se mudó a la Tierra para parecer más listo y gozar de la fama y popularidad que en su mundo se le había negado. Bueno, los más fervientes seguidores de la serie me habrán calado hace rato. Todo ésto es de "Futurama" pero me hacía mucha gracia. No es esta la curiosidad de hoy, pero me parecía una hipótesis interesante...
La curiosidad histórica de hoy es una anécdota relacionada con Da Vinci. Podemos sacar de él miles de curiosidades, como que su homosexualidad a pocas le lleva a enfrentarse a la Inquisición y que diseccionaba cadáveres cuando estaba totalmente prohibido en el resto de Europa. Pero lo que de verdad me ha llamado la atención es esta curiosa historieta: Judas y Jesús en el cuadro de la última cena son... ¡La misma persona! Este cuentecillo parece ser que es real. Aparece en un comentario al Nuevo testamento realizado por el pastor de la iglesia de escocia y profesor en la universidad de Glasgow William Barclay. Leonardo Da Vinci tardó en pintar su obra de la última cena unos 7 años. Buscó primeramente a un joven de 19 años que hiciera de Jesús. Tras tener la figura realizada, tardó seis años en reunir modelos y pintar a otras 11 figuras que representan a los apóstoles, dejando a Judas para el final ya que quería matizar con mayor intensidad ese personaje. pasó un tiempo buscando a alguien de rasgos duros y fríos que le sirviera para mostrar en una obra a alguien que no dudaría en traicionar a un amigo, y lo encontró en un calabozo en Roma. El reo (condenado por robo y asesinato) fue trasladado a Milán, donde Da Vinci terminó su obra. Cuando finalizó, ordenó que se llevaran de nuevo al reo, pero éste se liberó y se arrodilló ante Leonardo y le dijo:
-¡Obsérvame!¿No reconoces quién soy?
Da Vinci lo miró cuidadosamente y respondió:
-Nunca antes te había visto en mi vida, hasta aquella tarde en el calabozo de Roma.
-Maestro -Contestó -Yo soy aquel joven que usted escogió para representar a Jesús en este mismo cuadro.
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