Los 10 elementos que nunca deben faltar en una navidad americana (Tercera Parte)

No era suficiente con uno. No era suficiente con dos. Necesitábamos por lo menos tres artículos para aconsejaros bien lo que tenéis que hacer si queréis disfrutar de unas navidad al más puro estilo estadounidense. Y aquí está pues, a tan solo unos días de Navidad, “Los 10 elementos que no deben faltar en una Navidad americana (Parte 3)”. Entre una cosa ya no son diez, pero seguro que ya tendréis la casa preparada con todo lo indicado en los artículos anteriores y estaréis listos para seguir fervientemente estos consejos.

1) Encabezando la lista, lo que tienes que hacer para empezar es tratar mal a tu familia, incluso en el día de Navidad. No te preocupes por que se enfaden, pues vendrá un ángel de la guarda salvador de tu Navidad, te hará caer en tu error y te devolverá al momento idóneo para arreglar las cosas. Mientras, el ángel te mirará con sonrisa de satisfacción a través del ventanal de tu típico salón estadounidense. Aquí podemos utilizar a nuestro personaje polifacético estrella: Morgan Freeman. Si ya hizo una vez de Dios… ¿Por qué no de ángel?

2) Nunca e insisto NUNCA deben faltar los calcetines en la chimenea. Claro que, para realizar con corrección este punto tienes que tener chimenea… lo que nos lleva a que debes ir contratando un buen albañil, como Higinio el de “Aquí No Hay Quien Viva” para que en Nochebuena está todo listo y puedas colgar los calcetines.

3) Para hacer una Navidad totalmente fiel a la cultura yankee debes estar divorciado. La Navidad es el periodo perfecto para que recuperes el amor de tu hijo (véase en artículos anteriores al pequeño Timmy). Y no te preocupes, hay varios grados de divorciado, pasando desde el “tengo una novia de la que no estoy enamorado” hasta el “son un fracasado y vivo en un piso en alquiler de mierda por mi mujer se lo ha llevado todo”.

4) Ya se que es duro… quema el árbol y los regalos. O que te los robe un amigo… florecerá el amor familiar porque se dice lo típico de “nos tenemos los unos a los otros”. Eso si, como se enteren de que has sido tú te va a faltar cielo para dar vueltas.

5) Pasa por delante de una tienda de ropa muy cara y suspira al ver ese vestido que le comprarías a Marie, tu mujer si tu jefe te aumentara el sueldo. El día de Navidad, inexplicablemente, aparecerá bajo el árbol. Puede ser por dos razones: A)Si es una película más realista, lo habrás comprado tú trabajando en el supermercado de la esquina o B) si no lo es, habrá sido Santa Claus

6) Es habitual también el típico vagabundo viejecillo de barba blanca y frondosa que se queda mirando al niño de la familia en la visita al centro comercial, y que luego resulta se el verdadero Santa Claus ejerciendo sus funciones de espionaje para enriquecer su lista. Por razones evidentes, esta vez no puede ser Morgan Freeman. O sí. Quien sabe si Papá Noel es negro o no.

7) Carga de batería el MP3 y ponte la canción de “La danza rusa” de “El Cascanueces” mientras compras por el centro comercial más cercano a la velocidad del rayo.

8) Asiste o participa en uno de esos mercadillos benéficos en los que los vendedores llevan un gorrito de Santa Claus y se quedan hasta tarde ayudando a la beneficencia. Otra oportunidad más para Morgan
Freeman para destacar. Ya se que hoy sale mucho, pero es que encaja en todos los huecos.

9) El día de Nochebuena, reconcíliate amorosamente con tu mujer y tu familia (recordemos el punto 6 del divorcio), mandando al nuevo novio de tu mujer a tomar viento fresco el día de Nochebuena. Momento idóneo para que la familia al completo (el padre Joe, la madre Marie y su hijos Charlie el adolescente, el pequeño Timmy y la pequeña Stacy) se fundan en un abrazo de felicidad supremo. Y además esa noche echarás un polvo.

10) Por último, el déspota de tu jefe te despedirá días antes de Navidad. O el mismo día de Nochebuena, que queda más impactante todavía. Es el momento típico en el que tú sacas una caja de cartón y guardas tus cosas delante de tus compañeros… No te preocupes, te tocará la lotería o algo así, y tu jefe se quedará con la boca abierta mientras tú te enriqueces.

Publicado por Guido