Como os prometí hace tiempo, hoy (temprano, como podéis ver) toca hablar (y hay mucho que decir) de Iván el Terrible, en una época Zar de Rusia (otra vez hablando de Rusia, mi país favorito). El chavalico se quedó huérfano con 8 años a la muerte de su madre. Éstos traumáticos hechos hicieron que se marcara la vida de Iván para siempre.

Ya de pequeño el niño prefería jugar con otras cosas. En vez de coger con gusto una “Pley”, prefería sacarle los ojitos a los pajaritos, y tirar perritos desde altos muros para ver cómo gritaban. Lo que hace la televisión, tantas y tantas películas violentas... Cada vez se veía más vengativo al pobrecillo, que decidió un día vengarse de la nobleza que le había controlado como un títere al haberse quedado huérfano. Para empezar, cogió al príncipe Andrei Chuisky (en su casa lo conocerán) e hizo que fuera despedazado por una jauría de perros hambirentos. Desde entonces se empezó a ver que Iván IV fundaría un régimen de terror contra las clases altas de la vieja Rusia...

Feodor Basmanov, otro gran personaje, fue otra de las víctimas de Ivancillo, Éste le obligó a matar a su padre. Luego, le castigó por parricida. ¡Que castigo más elegante!. También torturó y rustió cual pollo a un médico suyo (Eliseo Bomelius). Luego se lo comió (No es verad, pero sería ya la repera). Llegó a arrojar a decenas de niños a un río de agua helada, mientras él, sentado, observaba el “espectáculo”. También el sector ingeniero ruso sufrió lo suyo: Después de observar recién terminada la iglesia de San Basilio en Moscú, Iván quedó tan agraciado que mandó cegar a todos los arquitectos para que no pudieran crear nunca nada más hermoso...

Pobre chaval, no era violento... simplemente era un incomprendido....



Publicado por Guido

0 comentarios:

Publicar un comentario